Pequeños momentos en esta nueva vida neoyorkina

Sexto día en NY o día 1 dN (después de la Nevada)


Hoy ya si que me he sentido sola. Cuando he salido de casa esta mañana estaba todo nevadísimo y me han entrado unas ganas terribles de llamar a los telefonillos y gritar a todos que bajaran corriendo a la pista de tenis a hacer un muñeco de nieve y echar una guerra de bolas. De camino al metro he cogido un poco de nieve de un alfeizar y he hecho una bola...



Ayer comprobé que esos videos de las americanas tirándose de los pelos en las rebajas son así. Sábado antes de Navidad y me voy a un centro comercial, solo se me ocurre a mí. Eso sí, me compré unas botas bien forradas e impermeables que me han venido estupendamente hoy. En el Burger King había una familia francesa vestida con sus monos de esquiar, como cuando se van a los Alpes.

Ayer verifiqué y hoy he ratificado también, que los americanos están gordos con razón. Todos esos reportajes sobre obesidad mórbida en Estados Unidos que hechan por la tele tienen una razón justificadísima. Ayer comí en el Burger (esto estaba ya claro) y me pedí un simple menú Steakhouse. La hamburguesa no solo era mucho más grande que la española es que la carne en sí era cuadrada y sobresalía alrededor del pan como 2 centímetros. Me lo comí todo por mis santos cojones. Hoy he ido a comer a un típico restaurante americano por el que llevo pasando todos los días. De esos en los que te sientas y te preguntan si quieres café, te ponen un vaso de agua y te lo rellenan todo el rato. Me he pedido un plato que era: "Pastel de pescado con linguini y salsa marinera acompañado de ensalada o sopa". Yo me he pedido la sopa, por aquello de la temperatura exterior. La sopa era un señor plato, pero es que cuando me han traído el resto... Indescriptible. Un plato como los que utilizamos en mi casa para poner la pizza familiar lleno a reventar. He comido lo que he podido y lo demás lo he pedido para llevar. Tengo más de la mitad de la comida de hoy para cenar esta noche.

Después de semejante banquete me he ido al Museo de Historia Natural. Me ha gustado mucho, pese a que yo no soy muy de ciencias, la verdad. Eso sí, si nos ponemos escépticos pues eran un montón de huesos, animales muertos, maniquís y piedras; con colores, videos interactivos y niños, demasiados niños. Yo que soy muy de películas pues me he pasado toda la primera hora pensando dónde se escondería ese gran Tiranosaurio Rex. Hemos venido a lo que hemos venido, señores. Al final he decidido mirar el mapa y pasar del primer al cuarto piso directamente. Los huesos enormes son mucho más impresionantes y encontrar la auténtica cabeza de un Albertosaurio no tiene precio.

Me he sentido muy estúpida cuando he caído en que la Vía Láctea era Milky Way y me he pasado el resto del día cantando La Casa Azul.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tu flan